El día previo a la huelga general, las calles del centro de Barcelona son recorridas por cientos de turistas extranjeros. Muchos de ellos ignoran que al día siguiente vivirán la primera vaga general llevada a cabo durante el actual gobierno.
Entre ellos, una pareja de canadienses es consciente de la paralización del transporte público pero apenas sabe nada de la huelga. En su opinión, ésta es una buena medida a tomar para defender los derechos del trabajador. El señor por su parte declara que asistiría a la huelga, mientras que su mujer admite que tendría que pensarlo. El varón cree además que se hablará sobre el hecho en Canadá, pues afirma que la prensa del país suele tratar temas internacionales, sobre todo si están relacionados con los derechos o leyes.
Por otro lado, dentro del edificio okupado de Banesto, una joven holandesa muestra su asombro ante las manifestaciones que quieren llevarse a cabo al día siguiente, pues desde su punto de vista en España son más violentas y sostiene que en su país hay un mayor acuerdo entre gobierno y sindicatos, por lo que las pocas protestas que se dan son pacíficas. Argumenta lo dicho mencionando que tal vez, el hecho de haber soportado en España una dictadura décadas atrás, conlleva a una mayor rebeldía por parte del pueblo. Ella sí asistiría a la huelga para reivindicar la justicia. Por último, confiesa que no espera que en los medios holandeses se hable sobre la huelga.
Un pequeño grupo de chicas inglesas pasan el rato sentadas en Plaça Catalunya en frente del edificio de Banesto. Saben que algo ocurre allí dentro debido a las pancartas colgadas, pero no tienen ni idea de que está prevista una vaga general para el día siguiente.
La huelga general ha sido vista desde muchos puntos de vista por parte de los españoles. Por parte de los extranjeros, ocurre lo mismo, aunque hay que decir que la información que tienen sobre la misma es escasa.
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